«¿Grupos como Elkarri, primero, o Lokarri, después, han contribuido con su tarea a propiciar climas de diálogo y disposición al mismo? ¿Su tarea ha sido relevante?
De todos es conocido que nuestra relación con Elkarri y Lokarri ha sido tormentosa y muy difícil, pero si somos honestos hemos de reconocer que su labor en esta coyuntura ha sido positiva y constructiva. Y yo lo reconozco desde aquí públicamente.
Este es uno de los mensajes que ayer intenté transmitir en una entrevista en Onda Vasca. También hice un balance del último año, desde el final de la violencia de ETA, y hablamos de reconciliación y de los retos para consolidar el proceso de paz.
Hoy hemos dado una rueda de prensa en la que hemos valorado la situación y los retos para consolidar el proceso de paz. En mayo ya insistimos en la idea de que hay que cambiar el foco del proceso de paz, dando el protagonismo a los partidos, instituciones y ciudadanía vasca. Si nos quedamos esperando a que ETA y el gobierno contacten, posiblemente no pase nada. El planteamiento que hacen es de difícil solución. ETA reclama contactos con el Gobierno para avanzar hacia el desarme y el Gobierno exige la disolución incondicional para contactar con ETA.
Hoy en Bilbao se ha celebrado el primer homenaje a las víctimas de abusos policiales cometidos entre los años 60 y 78, es decir, durante la Dictadura y los primero años de la Transición. Este acto se suma, a modo de reconocimiento y reparación, al Decreto de Reconocimiento y Ayudas aprobado por el Gobierno Vasco.
El homenaje a las víctimas de abusos policiales
Ciertamente, este acto, así como el Decreto, han recibido críticas, tanto de organizaciones de afectados, como de expertos o del propio PP. En cualquier caso, creo que estas acciones son un primer paso positivo. Tiene carencias y aspectos mejorables, pero permite ir cubriendo el déficit de reconocimiento y reparación que han tenido las víctimas de motivación política y abusos policiales.
Hoy, 21 de junio, en Irlanda del Norte se celebra el Día de la Reflexión. Es una iniciativa para promover la reflexión personal y privada sobre el conflicto en Irlanda del Norte. Un día para reconocer la profunda herida y el dolor causado, para recordar a todos aquellos que sufren las consecuencias, para reflexionar sobre las actitudes, sobre lo que se podía haber hecho o se puede hacer todavía, y para comprometerse personalmente para que no vuelva a suceder.
Day of reflection
Es una iniciativa promovida por Healing through Remembering, una organización intercomunitaria que trabaja sobre cómo afrontar el pasado en relación al conflicto en Irlanda del Norte. Tuvimos la oportunidad de conocerla durante la visita que hicimos en diciembre de 2011 y uno de sus representantes, Oliver Wilkinson, nos acompaño en febrero en la presentación de una publicación sobre la reconciliación social.
El pasado 16 de junio víctimas plurales dieron a conocer los resultados de la denominada iniciativa «Glencree». Desde el año 2007 un grupo de personas que ha padecido vulneraciones de Derechos Humanos ha venido desarrollando una actividad para compartir experiencias, conocerse mutuamente y reconocer al otro «superando las barreras y estereótipos».
Gesture by art makes me smile
La iniciativa representa una poderosa imagen de empatíaentre personas a las que une haber «sufrido una violencia radicalmente injusta» y haber «padecido la negación, el olvido o el abandono por parte del perpetrador». Subrayan que han sido capaces de llegar a «esta conciencia compartida escuchando al otro, dialogando y buscando el encuentro». Es más, no se limitan a mirar hacia el pasado sino que muestran una voluntad de compromiso hacia la sociedad subrayando «nuestro deber hacia los demás».
La iniciativa de un grupo de víctimas plural ha levantado mucha expectación, interés y valoraciones positivas que comparto. Precisamente, me preguntaron sobre este tema en una entrevista que hice para Canal Bizkaia. Justo antes de empezar, estaba hablando de este tema con la presentadora y me di cuenta de que el nombre «Glencree» ya forma parte de nuestro lenguaje pero que no se sabe mucho sobre este centro fundado en 1974. Personalmente, no he tenido la oportunidad de visitarlo, aunque estuve en otro muy semejante: Corrymeela.
Este fin de semana me han entrevistado en Onda Vasca. Mejor dicho, me han sometido al «Tercer Grado«. La idea era conocer un poco más de mi vida personal. Reconozco que soy bastante celoso de mi intimidad pero me convencieron para que desvelara algunos secretos íntimos.
Si queréis saber donde estudié, a qué dedico mi tiempo libre o qué llevo en la mochila, en la entrevista respondo a algunas de estas preguntas. Y si queréis saber cómo duermo (desnudo, en canzoncillos, en pijama) tendréis que escuchar la entrevista hasta el final.
Ayer se presentó la experiencia Glencree. Un grupo de víctimas de la violencia de ETA, del GAL o de abusos policiales han estado reuniéndose para poner en común sus experiencias y sus ideas. Es una iniciativa muy importante, por eso comparto el contenido completo del documento que han elaborado, para que podáis leerlo con calma y detenimiento.
El Ayuntamiento de Gasteiz ha decidido convocar una consulta popular vinculante sobre la ubicación de autobuses. Tenía un poco abandonado este tema de la participación ciudadana pero he refrescado conocimientos anteriores para una entrevista que me han hecho en Radio Vitoria.
A raíz de esto se me plantean algunas preguntas que pueden complementar las que plantea El Correo:
¿Es una consulta vinculante?
Proyecto de estación en la Plaza de Euskaltzaindia
El artículo 69.2 de la Ley de Bases del Régimen Local lo deja bastante claro: «2. Las formas, medios y procedimientos de participación que las Corporaciones establezcan en ejercicio de su potestad de autoorganización no podrán en ningún caso menoscabar las facultades de decisión que corresponden a los órganos representativos».
Significa que no hay consultas vinculantes a nivel municipal, en el sentido de que su resultado sea de obligado cumplimiento. Otra cuestión es que pueda ser vinculante políticamente, como se manifiesta en el acuerdo alcanzado en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. En definitiva, el Alcalde, si quiere, puede ignorar el resultado de la consulta, aunque políticamente una decisión así acarrearía un coste político.
¿Hace falta autorización estatal?
Hasta donde yo entiendo, sí hace falta. Según he podido leer la intención del Ayuntamiento es utilizar el padrón para controlar la votación, por lo que se trata de una consulta popular regida por el artículo 71 de la Ley de Bases del Régimen Local: «los Alcaldes, previo acuerdo por mayoría absoluta del Pleno y autorización del Gobierno de la Nación, podrán someter a consulta popular aquellos asuntos de la competencia propia municipal y de carácter local que sean de especial relevancia para los intereses de los vecinos, con excepción de los relativos a la Hacienda local.»
Para otro tipo de consultas, en las que no se utilice el padrón sino otros sistemas para controlar el voto, no haría falta esta autorización. Ignoro cuál es el plazo que tiene el Gobierno para autorizarla una vez se presente la petición. Tampoco sé si están pensando en otro tipo de mecanismo para controlar la participación.
¿Es suficiente el 20% de participación establecido?
No es que sea suficiente, es mucho. Alcanzar ese nivel de participación en ciudades grandes como Vitoria-Gasteiz es muy complicado. El primer problema es que estamos muy poco acostumbrados a participar en este tipo de consultas. Carecemos de una cultura de participación directa en los asuntos públicos que vaya más allá de la participación en elecciones. El segundo problema es la necesidad de que haya un proceso de información y contraste de las distintas propuestas con la ciudadanía. Si la intención del Ayuntamiento es celebrar la consulta en julio, apenas habrá tiempo para que haya un proceso de participación ciudadana previo, lo que reduce las posibilidades de lograr una alta participación.
¿Dará tiempo a organizarla?
Será complicado. La inexperiencia del Ayuntamiento y de los técnicos municipales en la organización de consultas es un obstáculo a superar. Son muchos los temas que hay que prever: elección de los representantes en las mesas de votación, definir una pregunta clara, preparar una campaña potente de información a la ciudadanía, organizar los lugares de votación, el recuento, etc.
¿Es positivo organizar este tipo de consultas?
Partiendo de la base de nuestra nula tradición de participación en consultas populares, es muy importante hacer las cosas bien para que las primeras experiencias sean un éxito. De esta manera se incentivará la participación en futuras convocatorias. En cambio, si la participación es muy escasa o hay graves problemas organizativos, se estará desincentivando.
Estas son algunas de las preguntas que me vienen a la cabeza. Igual tenéis respuestas más satisfactorias u otro tipo de dudas. ¿Qué opináis?