Comentaba en un post anterior que, con motivo de la celebración del 60 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos el Gobierno Vasco había puesto en marcha una campaña de difusión de la Declaración bajo el título «¿… y si no existiera?».
En un primer momento se propueso que organizaciones y entidades suscribiesen un manifiesto llamado «El compromiso vasco con los derechos humanos». Ya es público el primer listado de adhesiones.
Siguiendo con la campaña, el 11 de octubre, a las 11.00h., en el Santuario de Arantzazu, se celebra el acto de presentación del manifiesto.
El acto será presidido por el Lehendakari y tendrá dos partes. En la primera, se hará entrega solemne del manifiesto, como depositarios internacionales del compromiso vasco con los derechos humanos, al representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Elio Tamburi, y a la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú.
En la segunda parte, se desarrollará entre todos/as los/as asistentes un diálogo ciudadano en café-coloquio sobre los derechos humanos inspirado en la metodología del World Café.
Todas las personas que quieran pueden participar tanto en el acto como en el World Café. Es necesario confirmar la asistencia en el teléfono 688 68 14 66, en la web o enviando un correo electrónico a arantzazu_urriak11@60urteurrena.org
Yo voy a asistir porque mis amigos de Baketik, que ejerce la labor de organización técnica de la iniciativa, me han enganchado para dinamizar el debate en una de las mesas del World Café. Nunca he participado en esta dinámica y tengo bastante curiosidad por saber cómo va. Por suerte, antes del comienzo del acto nos darán un pequeño cursillo para poder moderar el diálogo. Seguro que será una experiencia interesante ya que escuchar opiniones diferentes siempre es enriquecedor.
Me voy a poner en modo aitite on (y eso que sólo tengo 34 años).
Esta casa daba directamente al parking del matadero. Hasta que fue cerrado podíamos oir el trajín de camiones y la entrada de los animales. Posteriormente construyeron un parque en el antiguo parking y el matadero fue reacondicionado como polideportivo, muy escaso en cuanto a instalaciones y equipamiento. Tuve la suerte de participar en la inaguración oficial del polideportivo, jugando un partido de baloncesto. Desde entonces metí muchas horas al squash, el tenis de mesa y el baloncesto. De hecho, con 15 y 16 años el matadero era el lugar donde más tiempo pasaba con los amigos.
Ahora han derribado el matadero y siento que he perdido un trocito de mi vida. El lugar donde crecí ha cambiado totalmente y ya no están ni mi casa, ni los talleres ni el «mata». Todo tiene que cambiar y mejorar pero eso no impide que, de momento, me niegue a pasar por allí.
Hoy he hecho una entrevista en 