El debate mutante de ETA

En junio de 2012 pudimos leer que, según informes de la Guardia Civil, ETA había puesto en marcha un debate «sobre la decisión de la cúpula de la banda terrorista de abandonar definitivamente la lucha armada anunciada por ETA el pasado 20 de octubre». Aunque fuentes de Interior señalaban que no había ningún indicio de que ETA fuera a regresar a la violencia, esta noticia causó mucha preocupación.

He aquí que este pasado fin de semana los medios de comunicación han recogido un teletipo de Vasco Press en el que literalmente se dice que «el «informe básico» da por supuesta la confirmación de la decisión del 20 de octubre, pero prevé la continuidad de ETA». Claro que si se sigue leyendo, ETA dice en ese supuesto documento que «no se desarrollará ninguna estructura dirigida a llevar a cabo ninguna actividad armada» añadiendo que «se pondrán los medios para proveer a la Organización de los recursos que necesitará a distintos niveles para poder cumplir con las funciones que le corresponden a lo largo de todo el proceso y garantizar su funcionamiento». A continuación, según las mismas fuentes, «el documento del debate precisa que ETA llevará a la mesa de negociación tres asuntos: la vuelta a casa de los presos y de los huidos, el desarme de la Organización y el desmantelamiento de la estructura armada y, en tercer lugar, la desmilitarización de Euskal Herria» .

La conclusión que saco, de ser cierto el documento, es que ETA plantea que no se disolverá hasta que no haya contactos sobre presos, sus miembros, su desarme y la desmilitarización. Evidentemente, si quiere tener un papel en esas cuestiones no se va a disolver previamente. Mientras tanto, deja claro que detiene el desarrollo de cualquier tipo de estructura relacionada con su actividad armada.

En definitiva, lo que hace unos meses era un debate sobre la decisión de poner fin a la violencia ahora ha mutado en un debate sobre cómo afrontar lo que ETA denomina «el proceso» y qué debe hacer ella, planteando claramente las cuestiones del desarme y el desmantelamiento. Es algo muy diferente. Lo que ETA piensa o plantea puede ser muy discutible, pero creo que no se deberían transmitir mensajes a la opinión pública que parecen destinados a reforzar las posiciones de quienes siguen hablando de «tregua-trampa». Hay que ser un poco más cuidadosos. Y no lo digo por los medios de comunicación, que se basan en sus fuentes policiales, sino por el trabajo que los cuerpos y fuerzas de seguridad hacen. Porque sería muy poco ético y democrático que estén manipulando sus informes para tratar de influir en la política.

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