El 28 de junio de 2009 un golpe de estado en Honduras destituyo al Presidente Zelaya. Algo más de tres años después la Comisión de la Verdad de Honduras, cuyo objetivo es esclarecer los hechos relacionados con dicho golpe de estado, ha publicado su informe concluyendo que «el reconocimiento de la verdad, el juicio y castigo de los responsables del golpe y de estas graves violaciones y la reparación integral de las víctimas son el camino para poder avanzar hacia la plena vigencia de todos los derechos humanos».
comisión de la verdad
Una anecdota sobre la confianza en procesos de negociación
La semana pasada estuvo por Bilbao Mary Burton, presidenta del Black Sash (Faja Negra) y miembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Sudáfrica, invitada por Idi Ezkerra dentro de un ciclo de charlas del que ya hablé en un post anterior. (Podéis leer la crónica de la charla en una noticia de Europa Press)
Tuve la oportunidad de estar con Mary Burton para hacerle una entrvista que se publicará en el número correspondiente a diciembre de la revista de Lokarri, Haritu. Fue un placer estar con ella. La conversación fue muy interesante y me facilitó mucho el trabajo al expresarse en un fantástico castellano aprendido en su niñez en Argentina. Una vez terminada la entrevista pudimos charlar de manera más distendida, lo que me dio la oportunidad de escuchar una divertida y muy instructiva anécdota.
Comenté a Mary que conocía a Roelf Meyer, un exministro sudafricano que fue uno de los principales negociadores del último gobierno del Apartheid. Roelf Meyer estaba encargado de la parte más discreta de las conversaciones junto con un representante del Congreso Nacional Africano, Cyril Ramaphosa. Ambos tenían la responsabilidad de facilitar e ir preparando los acuerdos y fruto de su trabajo conjunto también nació una gran amistad.
Según cuenta Mary todo se fraguó durante un fin de semana de pesca. A Roelf se le enganchó un anzuelo en el dedo. Estaban lejos de un centro de salud y tampoco tenían nada para quitárselo, así que Cyril le miró y le dijo: «si confías en mí, toma un vaso de whisky y aguanta». Este pequeño hecho fue el comienzo de una relación basada en la mutua confianza entre dos personas clave en el proceso de conversaciones.
La confianza y las relaciones personales son básicas en este tipo de procesos. Al final los protagonistas de las negociaciones son personas, no grupos, y los individuos nos movemos por una suma de intereses, objetivos, percepciones e intuiciones. Si no hay confianza entre las personas tampoco la habrá entre los grupos. Hay momentos decisivos en los que hay que tomar decisiones arriesgadas y esa confianza permite dar pasos impensables cuando los recelos dominan la relación.