Tres organizaciones paramilitares de Irlanda del Norte, Ulster Volunteer Force (UVF), Red Hand Commando (RHC) y Ulster Defence Association (UDA), han confirmado que han tomado medidas definitivas de desarme. Principalmente han destruido sus arsenales en un proceso supervisado y confirmado por la Comisión internacional independiente de desarme (IICD).

La fotografía es de Iker Merodio
No se ha dado a conocer la cantidad de material destruido, pero el IICD ha señalado que incluía armas, municiones y explosivos. Según palabras del reverendo Harold Good, quien fue invitado por Lokarri a dar una charla el año pasado, esta decisión de desarme refuerza el proceso de paz, complementando el que efectuó el IRA en 2005 y que el mismo supervisó. No ha sido un proceso fácil, ya que comenzó en otoño de 2008, pero fue suspendido tras los atentados cometidos por el IRA Auténtico.
No han faltado voces críticas a este proceso de desarme de las organizaciones paramilitares unionistas. Por ejemplo, un portavoz unionista, Jim Allister, ha denunciado el secretismo que ha rodeado toda la operación ya que le resta credibilidad. Por su parte, el Sinn Fein ha saludado la decisión, aunque el Viceprimer Ministro de Irlanda del Norte, Martin McGuinnes, ha subrayado que estos grupos no recibirán ninguna compensación económica por el desarme.
No está siendo fácil el proceso de paz en Irlanda del Norte. Desde que se firmaron los Acuerdos de Viernes Santo en 1998 todos los implicados han tenido que hacer continuos esfuerzos de negociación para formar el gobierno, desarmar a los grupos paramilitares y desarrollar las medidas de recuperación económica. Las dificultades se han ido superando y seguramente ya no hay vuelta atrás, principalmente porque la sociedad norirlandesa no está dispuesta a volver a las etapas de enfrentamiento.
Ahora Irlanda del Norte también se enfrenta a otros retos, como son los brotes racistas. Recientemente se ha producido ataques contra gitanos y la única miembro de la Asamblea de Irlanda del Norte, Anna Lo, del partido Alianza, nacida en Hong-Kong, ha recibido amenazas de muerte.
Como siempre que hablo de Irlanda del Norte me debato entre la envidia y la esperanza. Envidia porque están siendo capaces de mejorar su convivencia entre todos, de manera pacífica y democrática. Esperanza porque si en Irlanda ha sido posible, en una situación de mayor enfrentamiento, también nosotros deberíamos ser capaces de conseguirlo.
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