En términos morales. Fue mucho más grave lo de los GAL que lo de ETA. Porque que ETA era era una banda de asesinos, ya lo sabíamos. Pero que el Estado recurriera al mismo comportamiento, en lo del fin justifica los medios, es mucho más aberrante. (…)
Los asesinatos son asesinatos en nombre de la ideología que se cometan. Un crimen es el abismo moral. Yo nunca me he sentido concernido por los asesinatos de ETA. Pero los de GAL se hicieron en mi nombre, con la legitimidad de mi voto y con mi bolsillo. Y quedará como el precipicio moral mayor del Estado.
Esto no lo digo yo. Lo ha dicho Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, en la COPE. Sin que sirva de precedente, estoy bastante de acuerdo con lo que dice.