He podido leer hoy un artículo de opinión de Kepa Aulestia en el que justifica la detención de los dirigentes de la Izquierda Abertzale representada por Batasuna y afirma lo siguiente:
Ni la sociedad ni los poderes del Estado tienen por qué respetar, en actitud condescendiente, el ritmo supuestamente evolutivo de la izquierda abertzale mientras su comportamiento contribuya a la perpetuación de la amenaza terrorista.
Hay que recordar al señor Aulestia que militó en ETA-PM y en Euskadiko Ezkerra. El proceso evolutivo que tanto critica ahora permitió que la primera se disolviese y que la segunda apostara por las vías exclusivamente políticas. Ambas organizaciones estaban íntimamente ligadas. Si en el año 1981 hubiera existido una Ley de Partidos como la actualmente vigente, EE estaría ilegalizada y sus dirigentes encarcelados. Es más, no hubiera sido factible el fin de la violencia y la reinserción de los militantes de ETA-PM si el Gobierno de entonces hubiera decidido detener a personas como Juan Mari Bandres o Mario Onaindia por tener contactos con la organización armada y seguir sus directrices.