A raíz del último atentado de ETA he podido leer y escuchar algunos discursos e ideas que me han dejado francamente preocupado. He aquí algunos ejemplos.
El titular de Gara.
El Gara titulaba así la noticia del asesinato de Eduardo Pueyes: “27 años de lucha anti-ETA, siete como jefe, y 35 felicitaciones”. En la ella se destacaba todo su historial en la lucha contra ETA. En otra publicada también el mismo día afirmaba que “la acción se produce después de seis meses y medio sin víctimas mortales de ETA, concretamente desde el 3 de diciembre de 2008. Y llega tras unas semanas en las que el Gobierno del PSOE ha puesto todo el acento en su apuesta por la vía policial para acabar con la organización armada vasca”.
Me inquieta esta manera de presentar su asesinato. Se deja caer que era un policía inmerso en el “conflicto”, dejando entrever que su muerte pudiera estar justificada por un supuesto “estado de guerra”. Según esta lógica, Pueyes era un enemigo, y a los enemigos hay que liquidarlos…
Se terminó el tiempo de la impunidad y la ambigüedad.
Lo explica muy bien Mikel Arana, coordinador de EB, en su blog: “Sugerir que con los actos de protesta de este fin de semana se ha acabado con la ambigüedad, que a partir de este momento todo va a ser diferente y que ya era hora de que EITB se implicase en la deslegitimación de la violencia, es tanto como echar en saco roto todos los avances que se han producido en los últimos años en al ámbito del acuerdo entre las fuerzas políticas para la movilización unitaria contra ETA, así como despreciar todo el trabajo que se ha hecho hasta ahora para impulsar el reconocimiento y la memoria de las víctimas del terrorismo”.
La sociedad vasca está moralmente enferma.
Lo afirma Ruiz Soroa: “La sociedad vasca está moralmente enferma en lo que se refiere a su percepción y valoración del terrorismo” y añade que “la sociedad vasca no está en este momento unida como una piña en torno a nada que tenga que ver con la violencia política. Para cualquiera con una mínima sensibilidad y experiencia en manifestaciones era evidente que el sábado pasado no estaba presente en la calle, sino una parte de esa sociedad, que la parte nacionalista de la sociedad vasca no acudió”.
Ruiz Soroa está profundamente equivocado. La sociedad vasca ya se ha manifestado reiteradamente en contra de la violencia. Ha sido clara y taxativa en muchas ocasiones. Hemos acudido a innumerables manifestaciones. ¿Conoce algún ejemplo en el mundo donde la sociedad haya sido tan activa contra la violencia como lo ha sido la vasca? No lo hay. Siempre recuerdo una frase que me dijo un profesor norirlandés “si nuestra sociedad se hubiese pronunciado contra la violencia como lo ha hecho la vasca, nuestro problema se hubiera arreglado mucho antes”.
¿Qué más quieren que haga la sociedad vasca? El y otros ya lo han dejado caer en otras ocasiones: negar que hay un problema y un disenso respecto al marco de convivencia, no denunciar otras vulneraciones de Derechos Humanos porque se da alas a ETA, renunciar a objetivos políticos que desgraciadamente pueden coincidir en parte con los que ETA dice defender, etc.
En resumen, que está el patio ahora como para decir que queremos la paz y la convivencia, sin vencedores ni vencidos, y no ser tachado al instante de enfermo moral o ambiguo.
Si queréis leer otras opiniones relacionadas con el atentado de ETA y sus consecuencias os animo a leer unos artículos de otros blogs:
– ¿Seré Etarra?
– Víctimas y politización.
– Nuestro silencio responsable para no dar aire– por el uso que hacen- a ETA – ni a nadie –.
– Bistan da, ez da isileko su-etenik.
– De la épica, la lírica y la lágrima.
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