La deslegitimación social del terrorismo

El pasado lunes tuve el placer de participar en unas jornadas organizadas por la Fundación Fernando Buesa y Aldaketa sobre deslegitimación del terrorismo. Es un tema que me interesa especialmente y era una oportunidad de conocer en profundidad los planteamientos de las personas con las que compartí mesa: Itziar Aspuru (Gesto por la Paz), Josu Ugarte (Bakeaz) e Ines Ibáñez de Maeztu (Directora de Derechos Humanos del Gobierno Vasco). El moderador fue Imanol Zubero, quien nos planteó varias preguntas que fuimos respondiendo.

En mi caso llevé una ponencia preparada aunque, como soy muy disciplinado, traté de contestar a lo que el moderador nos proponía. Mi intención, al menos, fue presentar cuatro tesis sobre esta materia:

1- Como punto de partida, coincidiendo con lo planteado por Itziar Aspuru, prefiero utilizar el término deslegitimación de la violencia, ya que engloba todas las formas de atentar contra la dignidad humana y los derechos humanos.

2- Indudablemente la violencia ha estado legitimada en una parte de la sociedad vasca al considerarla como un medio válido para conseguir fines políticos. Ahora bien, soy de la opinión de que la violencia está deslegitimada en la sociedad vasca ya que la inmensa mayoría la rechaza.

3- Me preocupa la indefinición que rodea a este concepto. ¿Qué comportamientos concretos legitiman la violencia? Se corre el riesgo de que se use para estigmatizar determinados planteamientos o posiciones políticas.

En este punto pueden ser muy ilustrativos dos ejemplos. Durante la mesa redonda pude escuchar varias veces que unir la violencia al conflicto político no contribuía a deslegitimar la violencia. En mi opinión, es evidente que hay un problema político sobre nuestro marco de convivencia y que la violencia se nutre de él, lo que no implica que se justifique, ya que en mi opinión es un modo deshumanizado de tratar de solucionar el problema mediante el sufrimiento y la imposición.

Otro ejemplo. La Directora de Derechos Humanos del Gobierno Vasco afirmó que las personas que se quejan por vivir en un edificio en el que hay una Casa del Pueblo no están deslegitimando la violencia y que, por tanto, la legitiman de manera indirecta. Creo que estos comportamientos son muy criticables pero de ahí a decir que legitiman la violencia media un largo camino.

4- Lokarri tiene entre sus objetivos centrales la desaparición de la violencia, algo que va más allá de deslegitimarla. Además, ante la indefinición del término, nuestro objetivo es legitimar y garantizar los Derechos Humanos y las libertades democráticas básicas, que son una realidad internacionalmente reconocida.

Para terminar había preparado un mensaje dirigido especialmente a intentar superar algunos recelos sobre la actividad y la actuación de Lokarri. No tuve tiempo ni ocasión de leerlo, pero aquí lo dejo:

Lokarri está tratando de contribuir a un final dialogado de la violencia en el que Gobierno y ETA se limiten a tratar los temas relativos a presos y armas, sin entrar en cuestiones políticas. Éstas son competencia exclusiva de las instituciones, los partidos políticos y el conjunto de la sociedad. Un final dialogado con estas características puede dar lugar a que la ciudadanía vasca pueda certificar que la violencia es cosa del pasado y abrir un tiempo en el que podamos construir nuestro futuro sin violencia, amenazas ni exclusiones, en definitiva, entre todos. A partir de ahí nos quedará el difícil trabajo por mejorar la convivencia y asentar las bases para que en el futuro no nos vuelva a ocurrir lo sucedido durante todos estos años: revisión crítica del pasado, reparación a las víctimas y aceptación de las diferencias.

Parafraseando a Nelson Mandela:

«Asumimos un compromiso, de construir una sociedad en la que todos seamos capaces de caminar con la frente en alto sin miedo en los corazones, con la certeza de nuestro derecho inalienable a la dignidad humana»

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