Una granada en los pantalones

Un checheno estaba acompañando a su mujer al hospital porque estaba a punto de dar a luz. Unos policías le abordaron para poder registrarle. Trataron de introducirle una granada en los pantalones para acusarle de intento de atentado terrorista. Los chechenos deben conocer este tipo de prácticas, ya que suelen ir vestidos con pantalones de chandal sin bolsillos, para que no puedan meterles nada. Un policia directamente se la metió por la cintura y la granada cayo a la acera, momento que aprovecharon para detenerle.

Cuando fue juzgado los policías afirmaron que la granada se le cayo de los pantalones justo en el momento en el que le pedían su documentación. Por supuesto la historia era ridícula, ¿cómo va a llevar alguien una granada dentro de los pantalones? Aún así, el juez le condenó a dos años de prisión.


Reunión con Svetlana GannúshkinaÉste y otros ejemplos más terribles contó Svetlana Gannúskhina, la dirigente de la ONG rusa de defensa de los derechos humanos Memorial, en una reunión que mantuvo con organizaciones e instituciones que trabajan en el ámbito de los derchos humanos. Vino invitada por la Fundación Idi Ezkerra a dar una charla el 25 de noviembre. Sólo dos días antes acudió a una reunión con el presidente de Rusia, Medvéded, para denunciar la situación de los derechos humanos en su país.

Su análisis es demoledor. Considera que los valores democráticos han retrocedido en Rusia. El poder ejecutivo comete fraudes, el judicial no es independiente y los derechos humanos no están garantizados. La policía rusa práctica sistemáticamente la tortura y varios miembros y colaboradores de su organización han sido recientemente asesinados. Más preocupante es la situación en el Caucaso Norte, que califica de “terror”. Rusia actúa como si ya no hubiera un problema en Chechenia y la realidad no se conoce gracias al papel sumiso de casi todos los medios de comunicación.

Reunión con Svetlana GannúshkinaSu relato es sobrecogedor y su forma de narrarlo no está exenta de humor. No perdió la sonrisa durante toda la reunión, lo que nos demuestra que es una persona muy especial y tenaz en su labor. Defiende la causa de los derechos humanos y trata de buscar una salida a personas que se hayan en situación de amenaza. Es muy crítica con la labor de la Unión Europea, ya que piensa que hay cosas más importantes que el gas y el petróleo ruso. Les han concedido el premio Sajarov pero la ayuda que reciben es escasa. Cuentan con el apoyo de algunos países, aunque echa de menos una postura decidida de Europa frente a los incumplimientos del gobierno ruso en materia de derechos humanos. Concluyó la reunión de manera contundente. No es optimista de cara al futuro, pero afirma que va a luchar hasta el final, porque cada vida salvada hace que el esfuerzo merezca la pena.

Estas reuniones siempre me dejan igual. Nuestro “problema” no soporta la comparación con estas realidades. Si no fuera por el sufrimiento humano causado, casi parece ridículo ….

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6 comentarios en «Una granada en los pantalones»

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  2. ¿Sólo dos años por llevar una granada en los pantalones?
    Al final va a resultar que el perversos sistema de Putin Y Medvedev es más suave que el español.

    Imaginemos esa situación aquí.

    O sólamente que se le caiga de los pantalones una pagatina de Segi o un Zutabe.

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  3. “Tirita”k dioen bezala, hemen granada bat eramatea…

    Baina hemen granaden ordez “colaboración, pertenencia…” eta horrelakoak botatzen dizkizute, eta gero gerokoak: espetxe zigorrak edo-eta isunak. Badirudi euskaldunen diruaz konpondu nahi dute krisia.

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  4. Paul Rios dice:
    2 Diciembre 2009 a las 16:53
    Vaya, estás a la que salta
    ——————-
    🙂 🙂
    Bueno, me ha llamado la atención, más que nada porque tengo informaciones de que las masacres que comete el régimen ruso son espeluznantes allí, hacen desaparecer a la gente por decenas, y aparecen asesinados en cunetas en Chechenia. Las torturas son bastante impunes y comunes allí, está más militarizado, de hecho ha habido estado de excepción declarado, y previamente estado de guerra. Y digo que me ha llamado la atención que se pusiera un ejemplo “suave” por llamarlo así, en cuanto a la condena de dos años. Aunque lo más grave es la sensación de impotencia que causa el hecho de que las autoridades (policía, militares, y quienes supuestamente cuidan de la gente) dispongan de tu vida como les de la gana, manipulando pruebas, o construyendo tu ruina.

    En ese sentido, no es que sea igual que tu ruina sea 2 años, o 30, o la muerte o la desaparición tras ejecución, evidentemente no es lo mismo cuantitativamente, pero cualitativamente la sensación de desamparo y de violación de tu ser es igual, sea la condena o privación que sea.

    Otra cosa que llama la atención es la diferencia de trato informativo, el silencio sepulcral. La impunidad que Rusia tiene para cometer escabechinas o asesinatos supuestamente “dudosos” y negados desde el poder.

    De la misma manera que me resulta curioso la diferencia de trato informativo cuando se trata de denunciar que en Guantánamo puedan tener 6 años a una persona simplemente por ser “islamista”, sin que tengan pruebas de que hayan hecho algo, en el fondo sin otra excusa de “pueden ser peligrosos”, “son radicales” “son islamistas” (porque esa es la razon cuando no hay evidencias de delito), la diferencia de trato con lo que aquí ocurre, en que prácticamente se hace lo mismo, detener por “abertzale” y tener a la gente 6 , 8 o 10 años sin tener constancia de delito concreto más allá de su ideología, militancia social, o Batasunismo (con eso es suficiente).

    Las diferencias con Guantánamo son dos:

    1- Allí no han tenido la jeta de condenar sin pruebas, aquí han hecho juicio para encerrar, pero han tenido la jeta de hacerlo sin ponerse colorados. Mas bien les han hecho ponerse colorados los otros países, y la opinion publica mundial, en concreto la europea y la latinoamericana (si exceptuamos los agredidos, los musulmanes de asia central y occidental), evidentemente. Digamos que el hecho de encerrar por militancia, islamismo, o batasunismo es el mismo, solo que los americanos son muy legalistas, y antes prefieren no hacer un juicio que hacerlo inventandose figuras delictivas nuevas, precisamente porque allí tienen unos tribunales supremos que les pueden tirar todo el tinglado abajo, y aqui los tribunales estan controlados totalmente por el poder ejecutivo y policial. Allí antes de condenar sin pruebas, han preferido no juzgar y mantener en un limbo por 7 años a los detenidos. Aqui han juzgado a la carta, sin pruebas ni delito real. Pero el acto es el mismo, mantener entre rejas por 7 años por ideología, o supuesta peligrosidad no comprobada ni ejecutada.

    2- Allí la tortura la han intentado legalizar, aqui torturan a escondidas. Ambas son costumbres de cada país. Alli son muy legalistas, y te puedes encontrar con soldados que torturan con la conciencia tranquila solamente porque es legal. Ahora bien, lo mismo hecho sin el consentimiento de su gobierno americano les causaría vergüenza, y cargo de conciencia. Cabeza cuadrada.
    EN esta zona mas latina, la constumbre es hacer las cosas ilegales , torturar, o robar de las instituciones, de manera escondida, y negarlo. Y aun cuando te pillan, no pasar nada de nada. Bien es cierto que los americanos pueden ser mas brutos en eso de la tortura, pero mas que nada porque disponen de mas tiempo, y no de un limite de 5 dias.

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    • He puesto este ejemplo porque fue uno de los que expuso con más detalle para tratar de explicar hasta dónde llega la falta de garantías en Rusia. Es una realidad poco conocida, especialmente aquí. Recuerdo que Svetlana dijo que no mantenía mucha relación con la embajada de España por dos razones: 1) es una embajada muy poco activa y 2) no es un tema en el que esté muy interesado el Gobierno de España.

      Tienes toda la razón cuando afirmas que las vulneraciones de derechos humanos son cualitativamente iguales. En muchos lugares del mundo hay personas que no los tienen garantizados, incluso en democracias como EEUU y España. Se mantienen espacios de impunidad como el régimen de incomunicación cuando la propia ONU recomienda su derogación. Es un ejemplo de una política que antepone la seguridad frente al ciudadano. Por eso me parece contraproducente que el gobierno hable tanto de los derechos de los ciudadanos frente a los derechos colectivos cuando ellos son los primeros en justificar estas situaciones bajo la cobertura de la necesidad que tiene el estado de defenderse.

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